En todos lados se cuecen habas y cada equipo ha tenido sus dosis de dramatismo en esta temporada, pero no todos continúan cargando con tanta presión, a pesar de liberar ciertos aspectos.
Después del campeonato en el Superbowl LII contra los Patriotas los años que siguieron fueron un poco frustrante para el equipo de Filadelfia, pero al menos culminaban con rachas ganadoras, a diferencia de este año que terminaron 4-11 y el único empate en esta temporada 2020.
Se esperaba un mejor año o al menos diferente, pero desde el kickoff de la temporada no encontraron ninguna luz cálida en el camino. Lesiones, derrotas y tensiones en los vestidores que solo frenaron cualquier posibilidad de crecer.
Al final de la temporada cerraron como la ofensiva #26 y la defensiva #20 de la NFL, pero además se despidieron con esa posible teoría del “tank” al dejarse perder contra Washington Football Team en la última semana y así “asegurar” el pick #6 de la primera ronda del Draft 2021.
Doug Pederson, quien en ese momento era head coach del equipo, aseguró que no habían perdido a propósito ese partdio, pero su afirmación estaba refutada por el hecho de haber banqueado a Jalen Hurts, quarterback que estuvo produciendo grandes números en su año de novato; 1,061 yardas, 6 touchdowns en 4 juegos.
El 11 de enero se hizo oficial la salida de Peterson y el ruido continuaba alrededor de las Águilas, sin embargo, poco después anunciaron la llegada de Nick Sirianni, quien fue coordinador ofensivo de los Colts, para dirigir ahora al equipo de Filadelfia, pero al parecer tampoco aparenta ser la salvación y cada día que pasa luce un tanto pesado el poder armar algo más sólido para la temporada que viene.
Muchos aseguran que no fue tanto la mano de Peterson lo que llevó a las Águilas al fracaso, sino más bien fueron las múltiples lesiones que tuvo en el equipo, principalmente la línea ofensiva, donde únicamente el centro Jason Kelce se mantuvo como titular; el ala cerrada Zach Ertz se sumó a la lista de lesionados, por mencionar algunos de los pilares importantes de la ofensiva, pero aceptémoslo, esa movida en el cierre casi había asegurado su despido.
La llegada de Sirianni está agitando las corrientes para poder tomar un vuelo firme, sobretodo por el trade que se le hizo a Colts por Wentz, donde obtendrán un pick de la tercera ronda del draft que sucederá en el 2021 y un pick del 2022, pero por otro lado también se quedan con la deuda de su contrato siendo el equipo con mayor cantidad de dinero muerto en la NFL. “Tan solo” 33.8 millones de dólares.
Por otra parte la salida de DeSean Jackson y el posible trade de Ertz, quien no estuvo tan productivo en esta temporada, les puede dar un respiro en el salary cap. No obstante, están saliendo jugadores que le han brindado identidad y un valor agregado al equipo.
Esperando que por primera vez puedan hacer algunas selecciones correctas e inteligentes en el Draft, conociendo sus antecedentes no se tienen tanta esperanza, lo que sí es que hay varias zonas que se necesitan reforzar, entre ellas los receptores, parte del perímetro y equipos especiales.Por supuesto también tienen la agencia libre, pero con el salario tan cerrado es más complicado poder mover esas piezas del ajedrez.
Toda la oficina de las Águilas deberá de estar horas y horas en sesiones planeando cómo poder traer un equipo más competitivo para el año que viene o quizá su plan lo están trabajando para uno o dos años más tarde. ¿Será?
