Después de un año sin liga mayor, con la generación 95 ya fuera del panorama del fútbol americano estudiantil, las generaciones que siguen tendrán que tomar roles muy importantes en sus respectivos equipos. “¡El futuro es hoy!” dicen por ahí y el Casco de Santo Tomás está ansioso por escribir una nueva historia, junto con Ángel “Místico” Gutierrez.
Normalmente el ser subcampeón te deja con una espina bien enterrada en el corazón, motivándote a conseguir lo anhelado en la siguiente temporada. Hay algunos jugadores que no volverán más y otros que regresarán más fuertes, peligrosos, cual caballo previo al disparo de pistola; ansioso por comenzar, como lo está Ángel.
El ADN de Ángel está compuesto 100% de football por su padre y se nota. Su estilo de juego emociona a la tribuna y su persona conquista el corazón. Desde los 6 años ha estado en un emparrillado, lugar donde encontró una pasión y amor al deporte que solo los que han estado ahí podrían entender.

De pequeño jugó en Águilas Blancas, las juveniles las jugó en Tec Santa Fe y fue en la intermedia donde volvió al equipo del “guinda y blanco”; siguiendo los pasos de su padre cuando fue jugador.
“Algo que me mueve de Blancas es la familia. Desde la afición, hasta los coaches. La vibra es algo único, muy padre. Logras sentir el cariño y todo el apoyo que te dan”-expresó.
Todo buen fan y seguidor de Águilas Blancas sabría que la posición inicial de “Místico” es quarterback, pero debido a una lesión en el hombro se cambió a corredor en donde logró destacables actuaciones en toda su intermedia y primer año de liga mayor, haciendo que la gente externa lo considerara como un corredor base.
“El cambio fue difícil, pero quería apoyar al equipo. Entregar todo por el guinda y blanco.
Tenía la confianza de tener un buen equipo, Raider siendo un excelente quarterback. Afortunadamente se dieron las cosas; lo más importante es dar los resultado y lograr llegar al juego grande”-relató parte de lo vivido en su etapa como corredor.
Para su segundo año de liga mayor, en el 2019, se presentó una nueva oportunidad de volver a ser mariscal de campo, pero con ello llevaba un reto más grande. Recuperar esa condición y movilidad de quarterback, la confianza para poner los pases y volver a tener ese timing en la ofensiva no fue tan fácil sin embargo, lo bien aprendido nunca se olvida.
En el 2019 la unidad de Águilas Blancas estaba surtida de talento, con diferentes cualidades; un menú variado que podría ser bien aprovechado según las circunstancias del partido.

La primera semana, en el juego vs Pumas en el estadio Ciudad de los deportes, no fue tan sencillo para él, pero con la filosofía de aprender de las derrotas tuvo un mejor desarrollo en el siguiente partido contra Potros y de ahí fue oficial que estaba de regreso.
“Gracias al apoyo de todos los coaches fue como pude lograrlo”-comenta- “Fue mucho trabajo mental y contra Potros sabía que era la única oportunidad que tenía. No me sorprendí lo difícil del proceso, ha sido un trabajo muy fuerte”-recuerda.
Todo iba marchando bastante bien con el equipo y con Ángel hasta la semana 6, donde se llevó a cabo la “Guerra Civil” (Águilas Blancas vs Burros Blancos). En ese momento nadie pensó que veríamos a estos dos equipos enfrentarse en una final. Ángel hizo el esfuerzo máximo por acarrear la bola y llegó una lesión en la pierna dejándolo fuera el resto de la temporada.
Ángel cuenta que tuvo la oportunidad de entrar en la final, pero eran demasiado riesgos involucrados y prefirió esperar, mientras acompañó a todos sus hermanos a vivir la experiencia de un lleno total del legendario “Ciudad de los deportes”.
Por supuesto que todo lo que vivió en su segundo año lo dejó con mucha motivación para volver al juego, ahora con la pandemia las ganas aumentan, pero también está consciente del trabajo y el compromiso que se requiere debido a todas las limitaciones que hemos estado viviendo bajo la situación del COVID.
“Las derrotas en postemporada han sido de las cosas que más me han pesado, te dejan huella y esa mentalidad de lograr el objetivo. Se ha trabajado en la confianza, a crecer como jugadores en estos tiempos.”

En estos momentos también se encuentra muy enfocado en la escuela para graduarse más adelante de Economía y finanzas, buscando dar el ejemplo de llevar de la mano el deporte, junto con la escuela. Los momentos que estamos viviendo requieren de personas con resiliencia, que han luchado con más de una adversidad. Además del talento que posee Ángel será de las piezas fundamentales para seguir alzando el vuelo del equipo en los próximos años. ¿A quién engañamos? fan del guinda o no, queremos ver al mítico Místico jugar.