La temporada de Houston Texans colapsó desde muy temprano y, a pesar de ser el tercer equipo en las rondas del draft, pensando que podrían haber múltiples soluciones para mover al equipo por el camino correcto, el drama continúa vigente en la organización y puede ponerse peor.
El ruido comenzó cuando dejaron ir a su receptor estrella DeAndree Hopkins a los Cardinals por un corredor promedio como lo es David Jhonson. El golpe para los fans fue duro, pero el arrepentimiento para el equipo llegó después al ver los resultados en números.
Después de cuatro semanas sin probar una victoria, pero sí ver a Deshaun Watson con grandes números ofensivos, se decidió cortar la relación con el head coach, quien también estaba tomando parte de la gerencia del equipo, Bil’ O Brian, quien llegó en el 2014 y sí, tal vez llevó al equipo a 4 títulos de su división o múltiples temporadas en playoffs en sus siete años al frente, pero no se veía nada del timbrazo final, además estaba manejando al equipo de manera deficiente.

Romeo Crennel terminó como head coach interino quien consiguió 4 victorias y 4 derrotas, nada mal, pero en un panorama general el equipo terminó 4-12, eso sí suena feo. Además, terminó como la tercera peor defensiva de la liga y debido a eso no pudo lucir nada el que Watson haya culminado como líder en yardas aéreas con 4,823, pues termina siendo un reconocimiento sin mucho fondo por la marca perdedora y el quedarse fuera de playoffs.
Es prioridad para Houston poder proveer una mejor línea ofensiva para cubrir a Watson ya que se han registrado 155 capturas en los últimos años, a pesar de que Watson sea un quarterback que corre de manera efectiva; otro de los motivos es poder establecer un mejor ataque terrestre. Por otro lado, también requieren solidificar la defensiva para que los grandes números ofensivos se vean reflejados en el marcador.
Lo interesante, con la llegada del gerente general Nick Caserio, será ver cómo pueden moldear al equipo para reparar los daños causados y sacar potencial con lo que se tiene, pues iniciando con el factor salarial en el cual el equipo tiene el 73% ocupado en 15 jugadores. Deben de hacer ajustes. Seguido a eso tienen 8 selecciones para el draft, nada mal, pero no tienen ni un solo pick en las primeras dos rondas.

Por otro lado, además de la urgencia y a su vez incógnita del coach que estará a la cabeza del equipo hay que calmar las cosas con Watson ya que la relación con los dueños se quebró un poco en el cierre y para sumarle más drama, un asterisco y signo de interrogación rondan por J.J Watt, quien es un pilar para la defensiva y para el equipo ya que termina su contrato el próximo año, existiendo dos opciones: retenerlo para su año de despedida, pero con ajuste salarial o dejarlo ir.
Muchas cosas están por pasar en el equipo texano y no le quitaremos el ojo de encima porque pueden tomar decisiones que les den un futuro óptimo o puede que sea la crónica de una temporada trágica anunciada.
